Si estás pensando en formalizar tu emprendimiento, es importante que te tomes el tiempo para elegir la figura societaria adecuada para tu negocio. La elección dependerá del objeto social que desarrollarás, de la robustez societaria que requieras de acuerdo al tipo de contratos que pretendas suscribir, de la configuración del capital, la forma de administración y dirección, el nivel de riesgo patrimonial que asumen los participantes y las causas o razones que puedan llevar a la extinción legal o liquidación.
Para el caso de contratos con el Estado, debemos resaltar que algunas invitaciones o licitaciones exigen tipos societarios tradicionales. Sin embargo, si buscas mayor versatilidad y una disminución de requisitos para la constitución y desarrollo de tu negocio, la Sociedad por Acciones Simplificada (SAS) podría ser una buena opción.
Es importante destacar que esta decisión debe ser tomada con la ayuda de un asesor jurídico y/o contable, para asegurar que optes realmente por la mejor opción para tu emprendimiento y cumplir con todas las regulaciones legales necesarias. Ahora bien, debes saber que esta elección no es para siempre, es decir, se puede cambiar de figura societaria más adelante si se requiere, pero siempre con el asesoramiento de un profesional.
En resumen, elegir la figura societaria adecuada para tu emprendimiento es esencial para garantizar el éxito de tu negocio, y es claro que los modelos societarios basados en la simplificación y agilidad de creación y liquidación contribuyen a ello.